De alguna forma u otra estos son los distintos lugares que me han marcado en la ciudad. En un sprint final he intentado visitarlos todos en esta semana antes de irme. Teniendo en cuenta que vivo en Studiestraede
– Log Lady. Fueron 2 daneses los que me la enseñaron. Tiene delito ya que está justamente 2 números más allá de mi calle. Típica cafeteria danesa con sus sillones, enchufes por doquier, wifi gratis y ambiente relajado. Me quedo con su cerveza azul (Blue, es la marca) y sus variopintos tés.
– Living Room. No es el de casa como Sara llegó a confundir pero casi. Está justo en la esquina de enfrente y sus sillones no tienen nada que envidiar a los nuestros. Por haber tiene hasta camas para tumbarse y relajarse. Es el símbolo de como los daneses pueden sacar de poco espacio y un local de 2 plantas bien distribuido. Fue allí donde me enganché a los Smothies. Prueben el de mango
– Bar 7. Mi asignatura pendiente. Las 2 veces que pasamos era porque regalaban cocktailes y cubatas gratis. Era el problema es que era a las 17:30. Aún estando en nuestra calle, solo fuimos cuando la bebida era gratis. De otro modo, el palo hubiese sido enorme. Cervezas a 50DKK fueron motivo sufieciente para desistir. Local nocturno, de aspecto elegante e increiblemente bien decorado por dentro. Alucinamos. La entrada es gratis asi que es perfecto ir cuando vas tajado.
– Floss. Exactamente lo contrario. Cerveza barata, grafiteado y gente de todo tipo. Es de los pocos lugares donde se puede fumar, lo cual convierte su sala de abajo en una nube de humo. Aún así, era de neustro preferidos. Grandes charlas filosóficas que bien pudieran haber cambiado el país allí tuvimos.
– De nye venner. Bar situado en la calle paralela. Lo recuerdo con especial cariño por ser el lugar donde un danés me enseñó a jugar al backgamon. Y donde gané a Victor en mi primera partida 😉
– Dalle Valle. Cambiamos cerveza por comida. En Fiolstraede, de domingo a martes tienes el lugar perfecto para comer bien y barato. Comida a mitad de precio hicieron de este lugar el sitio idóneo para la cena final de despedida. Fue la única vez que me atreví a pedir salmón y aperitivos (buenísimos nachos y mejillones). No pagamos ni 10 euros x cabeza
– Paludan. Obviamente mi favorito. Es en esta cafeteria donde más tiempo he pasado. Leyendo, tomando chocolate caliente, jugando a los dados o simplemente con internet gratis. Libros que se pueden leer o comprar hacen al Paludan un sitio confortable donde pasar las frias y negras tardes invernales
– Rayuela. Al final me fuí sin entrar. 2 veces lo intenté y 2 veces me cerraron por diversos motivos. Llegué tarde y eso que fui a las 17:00. La cafeteria-libreria en español más famosa de Copenhagen. Si echas de menos la cultura española, es un buen lugar donde ir. Está en Norrebro, nada más cruzar los lagos.
– Find Jorgensen. A pesar de su nombre, es una de las discotecas del Meat Packing District. A diferencia del Jolene, fue el pub donde más nos gustó la música. La barra hizo que alguna coña y foto indeseada saliese a la luz. Gratis entrar pero debes aparentar 23 años para entrar. En general el Meat Packing es buena opción si quieres algo alternativillo.
– Francys Pony. Mítico. Verner nos llevó allí en mi primera noche danesa. Mojitos y otros cocktalies por 4-5 euros. 2 plantas con sillones para sentarse o entrada la noche para bailar. Siempre tendré buen recuerdo de él.
Pero si quieren fiesta, Erasmus y cerveza rancia, no duden del Kulorbar. Amado y odiado, no puedes irte de Copenhague sin haber ido un jueves. Con todas sus pegas, mis mejores noches de fiesta fueron allí
Si algún día me acuerdo de más, ya lo escribiré.