La buena vida

5 06 2011

Barra de pan: 35DKK (5 euros)

2 litros de leche y 1 docena de huevos: 59 DKK (8.5 euros)

1 billete sencillo de ida a Roskilde: 84 dKK (11 euros)

Pero ir en tren rojo (S-tog) a Hillerod el primer domingo de mes -> GRATIS.

Son las 22:54 y sigue habiendo luz en el cielo. Por fín el termómetro superó los 20 grados y la sensación de calor (CALOR) se hizo patente. Apetecia ir por la sombra y eché por primera vez de menos el característico viento danés. Copenhague despidió a mi madre y al festival de Distortion tras un finde apoteósico en el que no ha habido tregua. La fiesta en las calles se convirtieron en reuniones multitudianrias de daneses al sol, con cervezas, música y amigos. Salir tan temprano por la tarde tiene el oincoveniente de que cuando cae el sol en la ciudad tu cuerpo pide vovler a casa a descansar. O al menos a tomarse una birras al Floss.

Como volvía de Kastrup, cogín un libro, una toalla y algo para picar y me planté en la playa de Oresund. La sorpresa fue ver que estaba repleta. Parecia Benidorm el 15 de julio. El agua de mar, aún dulce, estaba menos gélida que la última vez. De todos modos me hubiese dado igual ya que estaba sofocado de calor. No sabemos por qué pero el primer domingo de mes los trenes S-tog son gratuitos. Bueno, pues era la primera vez que aproveché esa oferta. Tentados por la buena tarde, la gratuidad del transporte y la lejania de Hillerod decidimos ir a visitar el castillo de Frederikborg. Preparamos picnic, escogimos una buena sombra y dimos rienda suelta a nuestra imaginación. De chorradas, me refiero. Hicimos comtición de lanzamiento de palo con los dedos de los pies o nos tiramos colina abajo haciendo la croqueta. ¿el castillo? Muy bonito. Dimos un paseito por los ciudados jardines y los alrededores. Como era de esperar el pueblo estaba muerto a las 21:00 y eso que la tarde y la luz invitaba a salir fuera.

Tumbados en elc esped, mirando al claro cielo azul, escuchando los sonidos de la naturaleza, te invade una sensación de relax y tranquilidad, de felicidad y despreocupación que te hace recordar muchos de los momentos vividos. Me apunto a la teoria de sara. Cada vez que eche de menos Dinamarca, miraré al cielo. Es lo único que en cualquier parte del mundo es igual.





Bye bye Open Card

25 10 2010

Si señores, nos han pillado. La revisora con aspecto de tonta y un inspector musculitos nos han requisado nuestra maravillosa tarjeta con la que viajabamos gratis a todos lo lados. Fue bonito mientras duró. 2 meses de ilegal que me han ahorrado una buena suma de dinero (facilmente 500-700 euros, sino más) en transporte: Hillerod, Helsingor, Olby, Roskilde y los innumerables trayectos Trkroner-Copenhague. Todo ello sin contar a las atracciones, museos y palacios en los que entré gratis. Ese mundo idílico y paradisiaco se acabó… de momento.

Nos creiamos invencibles y los más optimistas se veian con la tarjeta hasta final de año. Pero demasiada gente copió la idea y los revisores se extrañaron que tantisimos estudiantes fuesen a Trekroner con la Open Card. Esto les llevó a ponerse en alerta y a realizar controles más exhaustivos de la tarjeta «mágica». Cada vez conocíamos a más gente que les habían pillado y aún así decidí correr el riesgo de llegar hasta el final. Y el final fue ayer a las 22:40 en Valby, cuando cabizbajos y riéndonos bajamos al anden tras haber sidos expulsados por el inspector. No nos puso multa ni llamó a la policia, como se especulaba por la residencia, simplemente nos quitó la tarjeta y nos ordenó bajar en la siguiente parada. El dolor supremo vino después al tener que pagar 69 coronas por el ticket sencillo. y aquí viene la otra parte de la historia. Si se creen estos engredios daneses que pienso contribuir con mi dinero a pagar su fantabuloso estado de bienestar del que solo ellos disfrutan sus ventajas, LO LLEVAN CLARO. Me niego en rotundo a estar 7 meses pagando 50 euros por un clipcard de 50 euros. Aún a riesgo de quedarme aislado en Trekroner. Buscaré la forma de que no se borré la banda rugosa que identifica si una tarjeta ha sido falsificada con acetona para cambiar la fecha. Viajaré en bus o encontraré otra ruta que evite pasar por la ya conocida ruta del terror. Si porque terror te entra al pagar esos precios abusivos. Hemos comprobado que en el metro, en los autobuses y e los trenes rojos no pasan tantos revisores y los que hay no se fijan tanto en los detalles. Además la tarjeta nueva me servirá para seguir viajando por Sealandia y para entrar en los sitios turísticos gratis. Pero ¿cómo llegaré a copenhague si no quiero pagar tanto?. Esa es la cuestión.

Al menos la tarjeta dió como último servicio entrar al Tívoli gratis y ver lo bien que lo tenían todo decorado para Halloween. También pude subir a la torre de la iglesia próxima a Christiania desde la cual se ven unas magníficas vistas de la ciudad, después de subir cientos de escalones los cuales se estrechaban y empinaban cada vez más a medida que se acercaba uno al final. El día turísitco de Copenhague sirvió para enseñarle la ciudad a los amigos de Claudia y para descubrir que es aquí donde se encuentra el mejor restaurante del mundo: el noma. Como honor decir que comimos un bocata enfrente de su puerta. está ubicado al lado de la Opera, enfrente del Nihavn.

Ahora me toca ponerme a escribir un ensayo mortal para mi querida Teoria de la Comunicación del cual hablaré mañana. Me despido con uin consejo para todos los erasmusitos de Trekroner. Usar la tarjeta es una ruleta rusa en estos momentos. Pueden no darse cuenta los revisores como tocarte el cabrón de turno que te deje tirado en medio de una estación. No la usen

Vuelve a salir el sol en Roskilde =)





A cute little mouse in Korallen

27 09 2010

Hoy Korallen se ha levantado con la inesperada visita de un ratoncillo. Este peculiar animal que cabe en la palma de una mano, ha sembrado el desconcierto en aquellos pasillos en los que se rumoreaba que estaba. Casualmente se encontraba en mi corredor (entre las cocina 1C y 1D) y si no he salido con el cuchillo jamonero que tengo guardado debajo de mi cama es porque me he despertado el último a las 13:45. Si, la clase empezaba a la 13:00 pero no ha sonado el despertador y he dormido 11 horas tan ricamente. Por suerte no ha habido clase aunque de momento desconozco los motivos.

Parte de la culpa de no haberme despertado más temprano es de la intensa tarde de ayer. Interrumpo mi relato porque preguntando a Marc la razón por la cual no ha habido clase, enfermedad de Lisbeth, hemos coincidido en afirmar que menos mal que ha faltado ya que los 2 nos habíamos levantado tardísimo. Las risas han derivado en una foto que inmortaliza que son casi las 16:00 y ambos seguimos en pijama. Viva la vida Erasmus! =) Prosiguiendo con el día de ayer, fuimos Moritz, Fede, Claudia y yo a Christiania ya que era su cumpleaños. antes hicimos una parada en el Tivoli porque Fede no lo había visitado y era el último día en el que los estudiantes entraban gratis dentro. El posterior camino hasta el famoso barrio se me hizo eterno. Era ya de noche (19:45) cuando nos adentramos en un sendero, rodeado de árboles y lagos, en el cual no había una mísera luz que alumbrase nuestro camino y solo nos guiábamos por la música de fondo que se escuchaba. Al más estilo Hollywood, abriendonos apso entre 2 ramas, llegamos hasta lo alto desde donde se contemplaba a nuestro pies el barrio rebelde y alternativo.

Intuyo porque me dió respeto mi anterior visita a Christiania. Es un lugar que en identicas condiciones en España entrarías feliz y saldrías desplumado. Pero aquí es diferente. Entre sus edificios destartaladas pero coloridas, su aspecto decadente pero bien organizado y sus casas aparentemente impenetrables en las que sin embargo encuentras mucha oferta cultural, te vas adentrando en mundo aparte donde ves puestecitos comerciales en las calles -medio asfaltadas, medio de tierra- en los cuales encuentras todo tipo de productos imaginables. El principal indicador de que nos es un barrio peligroso es ver a la gente con bebes, niños o personas discapacitadas. además ayer estaban de fiesta con lo cual decoraron todos sus rincones con las banderas de Christiania y se organziaron diferentes conciertos gratuitos por sus calles. Descubrí por primera vez que en Dinamarca regalan algo: un «aceptable» pastel con una bebida a elegir. A caballo regalado… Paradójicamente ese puesto estaba vacio y en el de al lado, con productos mucho más caros, estaba repleto de gente comprando. Cosas de Christiania.

A la vuelta a Korallen nos esperaba el sushi japones. Delicioso como siempre, empachado de comer como casi nunca. Elr emate fueron los crepes hechos por los franceses que prosiguen con su proceso de socialización con los españoles. Si la cena fue genial, mejor todavía fue el repostre, con casi todos los españoles sentaditos alrededor del sillón riendonos sin parar de las paridas que íbamos soltando. El aniversario de Christiania fue también celebrado en Korallen. LA situación de tornó un poco incómoda al observar que existía una frontera invisible pero de humo que dividia el grupo castellano-parlante del grupo anglo-parlante. Tras un buen rato recapacitamos y aceptamos el idoma de Shakespeare para conseguir integrar las 2 conversaciones. La noche nos dejó la carita de niño bueno que se le quedó a Marc, las meditaciones solitarias y metafísicas de Claudia, los ojtos de sueño de Ana, que como una campeona aguantó hasta que se la tuvieron que llevar a arrastras, los gestos de Guille bocaseca man y alguna que tora mirada inquisitoria proveniente del otro bando. Nada que empañara un gran domingo.

PD: Salgo del cuarto esperando que algún alma caritativa haya expulsado al ratón intruso de Korallen. Con el perro maloliente de la vecina borde tenemos suficiente.





Un día en Malmö

5 09 2010

5-09-2010, el mismo día que puede que cambie la historia de España (soy escéptico pero de ilusiones se vive) amaneció en Copenhague trayendo buenos presagios: un sol brillante en el cielo y temperatura que incitaba a quitarse la chaqueta y estar en manga corta. Al ser primer domingo de mes nos llevamos la grata alegria de comprobar como los trenes hasta Copenhague eran gratis. Eso si, parabas en todas las estaciones habidas y por haber. Tras 2 cambios de trenes a las 12:10 la extensa comitiva de españoles e italianos arribó en Suecia donde, ya saben; es característicos por las rubias melenas, los verdes campos y su moneda diferente.

Un paseo por el centro histórico de Malmö nos permitió acercanos un poco a la arquitectura escandinava de bajas casitas muy coloridas, tejados pronunciados, calles peatonales y sin apenas coches. La comida la realizamos tumbados en un parque a la orilla del canal. Todo presagiaba que estabas en Madrid (idioma, sol, calor, cesped) pero no, era la fria Suecia en Septiembre. Incredible! Reconozco que me encanta este país por sus pequeños detalles: vas caminando por un parque y de repente apareces en medio de una huerta de frutas y verduras donde la gente normal de la calle está recolectando. O pasas por su plaza central y ves a los 7 principales partidos de Malmö en sus casetas repartiendo folletos (¿no me ves con cara de latino?) con una sonrisa. O ves que en los canales hay escaleras y flotadores de emergencia por si alguién se ahoga. O tienen bolsitas para recoger la caca de perro repartidas por sus inumerables parques.

Como el tiempo acompañaba, llegamos al mar desde donde se divisaba la costa danesa con Copenhague al fondo. Los 20 kilometros que separan Suecia y Dinamarca son atravesados por el puente de Orensud, obra de Calatrava. Del mismo arquitecto fue la torre que fuimos a ver en la costa de Malmö. Por si no lo saben, en estos paises a la minima que ven un rayo de sol están tumbados para «intentar coger color». Y no solo eso, ¿que el mar de suecia es el mar del norte? pues me baño; ¿que el agua estaba para ahcer de todo menos para meter un pie? pues meto también la cabeza. Sin arena pero con tumbonas los suecos ahí estaba aprovechando la última tregua del tiempo antes del invierno. Yo que (aviso, no me voy sin meter el culo en estas aguas) andaba animado, meti mis pies en el mar durante 10 minutos. Conclusión: No me los amputaron por congelación, era soportable el frío. Si hubiese tenido toalla…

De vuelta al centro de Malmö, nos pateamos hasta acabar exhausto sus calles y entramos a un parque en el que todas las atracciones eran para niños. Silvia, Claudia y yo como unos auténticos infantiles nos animamos a tirarnos por el tobogan o montarnos en culimpios. ¡Qué nostálgia de aquellos tiempos! ¿verdad? Tras una apradita para tomar un chocolate y un café, partimos con dirección a Copenhague. El resto, lo de siempre: ves como se escapa tu tren justo cuando llegas al andén, te hablan por megafonía y solo entiendes «Danmark», corres a lo largo del vagón escapando del revisor porque te has colado… ¡Qué les voy a contar yo! Somos Eramus y latinos.

Suecia, volveremos!!