In the share room

16 04 2011

… with Constantin Von Liel =)

El ritual de mediados de mes se volvió a repetir en nuestro piso. La novedad es que ahora me toca compartir cuarto. Pero sin traumas, seguro que nos entendemos bien. Solo pido 2 reglas: que abra la ventana y no ponga ropa en la silla.

Hoy, tras 20 horas de pendoneo, volví a Studiestraede. Bajaba por Trekroner Forskerpark sonrieron pensando en la noche anterior. Si contamos la historia desde atrás, la mañana de hoy amaneció en Korallen conmigo de inquilino en el cuarto de Hiroko. Muy hospitalaria ella, me dejó su mattress deluxe  para dormir en el suelo y encima me colocó a los pies una estufita con la cual he dormido la mar de agusto y calentito. Bromeaba con ella antes de dormir que era curioso que una japonesa me ofreciese en Dinamarca un polvorón de Navidad. Ella, muy española, tiene una bandejita con mantecados, que adora, y polvorones. Los españoles del primer semestre nos podemos sentir muy orgullosos por haber conseguido que parte de su personalidad sea española. Ella nos confesó que echaba mucho de menos nuestras reuniones y cenas del anterior semestre pero al menos ayer pudo disfrutar hasta las 4:30 en la cocina en compañia de españoles, daneses y una croata. La fiesta nos la montamos nosotros en Korallen ya que RUC nos obligaba a pagar 50 coronas x la suya. Bandas de rock danés tocaron anoche en la cantina y yo like always busqué el resquicio abierto para entrar. No estaba ni muy animado ni con buena música pero lo suficiente con para echar varios bailes.

Y eso que llegar a Trekroner costó. No sabemos por qué pero todos los trenes estaban cancelados y tuvimos que hacer transbordo en Hoje Traastrup y cambiar de tren. Cuando les da por joder la marrana… Si llego a saber todo el ajetreo me quedo en el Francis Pony. Verner montó una fiesta privada en su local favorito. No se si será costumbre danesa eso de invitar a tus amigos, porque sí, a beber gratis. El caso es que me hinché a beber cucumber mojitos, una variedad del mojito deliciosa. Entraron 6 pero porque también tuve que dejar hueco para comer. JAMÁS me acostumbraré a cenar a las 18:00 por mucho que empiece una fiesta con todo gratis a las 19:00. A las 18y pico hice un lunch-dinner y pa´lante. En el francis Pony me encontré con que era el único español asique tocó abrirse y conocer nuevas culturas. Conocí a mucha gente y practiqué bien de inglés. También había caras conocidas entre los internacionales. No obstante, enganché a 2 alemanas muy simpáticas y de ellas no me separé en toda la noche. Quedamos en que nos volveriamos a ver. El resto de la historia, ya lo conocen





Un finde un poco «acalorado»

3 10 2010

Lo reconozco. Tenía mono de escribir en el blog. Han sido 2 días de locura total y un no parar que hicieron imposible que actualizase. Ni siquiera una breve frase que es lo que tenía pensado hacer.

Ya avise a Doña Rebeca Alcantarilla Casado y a la señorita Teresa Tendero Carrasco que en este país hacia mucho calor y por suerte ellas me hicieron caso y se trajeron buenas cremas protectoras del sol, sus gafas de sol y el bañador para refrescarse con el agua del lago. Tan sofocante era el calor que el sábado tuvimos que comer tirados en el suelo de la estación de Osterport -ante la mirada incrédula de los daneses que pasaban por allí- porque no soportábamos estar más en la calle. Estaba tan ansioso de su visita que casi me da un patatús en la estación central de Copenhague cuando las llamo para que me digan por donde andaban y la bromista de Rebe me dice que el vuelo estaba cancelado y que no podían viajar. Casi lloro. No podía vivir una semana más sin paté ni tomate Orlando. Con las cosas del comer no se juega.

Pero me tomé mi venganza. Llegamos a Korallen, dejamos las maletas sin abrir y me fui a mendigar 2 bicis para mis compañeras. Sara y Miriam me prestaron voluntarias y a la aventura que fuimos. Les dí (venga, que salgan los foráneos de Madrid a decirme que está mal escrito) un paseo por el campus y sus alrededores antes de coger el carril bici para Roskilde. Rebe, presa del pánico y de la vaguitis particular suya, desistió en la estación de Trekroner, dejo la bici y se subió al tren. De Roskilde no vieron mucho, la verdad. Solo la calle principal y la plaza del pueblo con la catedral al fondo ya que habíamos quedado con Verner en Copenhague a las 20:00 y eran las 19:15. No le habíamos avisado que llegaríamos tarde, tampoco teníamos su móvil y encima debíamos volver a la resi para cenar, ducharnos y coger las cosas. Obviamente nada de eso daba tiempo. Nos liamos la manta a la cabeza, dejamos las bicis en Roskilde y tomamos el tren de las 19:32 con lo puesto. Salir a dar una vuelta con la bici se convirtió inesperadamente en salir a un pub en Copenhague. Teresa lo pasó muy mal en el tren. Debió esconderse en el baño, con un peculiar olorcito que aconsejaba lo contrario porque no llevaba la Copenhague Card recién comprada.

Verner nos invitó a un «cucumber Mojito» riquisimo al que siguieron otros cocteles deliciosos que ayudaron a entonar la noche. Tras 2 horas por la ciudad volvimos a Trekroner. Era la hora de Rockwool, su primera gran fiesta, su despertar definitivo. La cosa prometía porque eran 3 plantas con música y canciones, que iban del estilo flower power al dance con un toque Irish, y gente vestida con sus peores ropas o cuanto menos, algo estrambóticas. Me hubiese gustado imitarles pero llegamos a Korallen sin más que tiempo que para llenar el buche, adecentarnos y salir escopetados para la Blue Tower. ¿Poca cosa? A eso súmenle ir a Roskilde a por las bicis y volver montados en ellas. Un agradable paseito nocturno. Cuando quisimos legar a Rockwool la gente iba más feliz que un regaliz y con unas pintas que ni la mejor Bad-Taste Party puede superar. Lástima que fuese demasiado tarde y la gente se empezase a ir cuando solo me había bebido un cubata. Rockwool, volveré.

Bueno tras esa gran frase metafísica y pensada, continuo contando el día de ayer. Basicamente se resume en la visita turística por Copenhague. Con ellas dejé de sentirme Erasmus para ser un turista más: con las fotos, hablando español sin preocupaciones, la mochila y los bocatas de rigor. Comenzamos el día en el Tívoli y lo terminado comprando recuerdos de Christiania. Volví tan feliz con las 2 chapitas que cogí en un edificio dedicado a explicar la historia del Tibet. Mi honradez la dejé de nuevo en un extraño lugar de mi cabeza ya que había un buzón donde depositar el dinero de las chapas (2×20 DKK) pero como no había nadie vigilando solo deposité 50 céntimos de corona. Las chapas ya lucen en mi cuarto. Sigo rezando todos los días para que el Karma no exista o al menos que sea ciego. Chrisitiania siguió sorprendiéndome por su ambiente cultural, su gente y el rollo alternativo que envuelve el ambiente. Los 3 salimos contentos de allí y la felicidad nos duró toda la tarde, incrementándose al ver mi maleta con cosas para mí desde España. Enumero: pantalones térmicos, 2 sudaderas, un jersey, unas botas, lomo y jamón, PATE, sardinas, acetona, TOMATE ORLANDO, palmeras, series, aceite, palillos de oido, insecticida y postales de mi Madrid querido. Viajaré, conoceré, viviré, visitaré mil ciudades pero como Madrid, ninguna. Mi orgullo madrileño supera a todo lo demás y la nostalgia que siento por mi ciudad ahora se ve compensanda con las postales.

Pasado este ataque de Madrilitis y la apertura de la maleta, toca recordar la cena de ayer. En Korallen vuelve a haber esas cenitas en las que nos reunimos en las cocinas comunes para probar la comida diversa que cada noche cocina uno y socializar en inglés con la gente. El jueves fue la pasta de Vera y las tartas/bizcochos de Magdalena. La noche pasada tocaron crepes, tanto dulces como salados, que nos dejaron a casi todos bastante satisfechos. Pido públicamente perdón por llegar a mesa puesta =)  Posteriormente salimos de fiesta a Copenhague aunque tras ir al Francis Pony, nosotros 3 y unos cuantos más nos volvimos para Trekroner. Había sido un finde loco y ajetreado. Hoy, despedida y chip en modo hogareño/nostalgia. Pasarán meses hasta que de nuevo nos volvamos a reir con nuestras paridas. Os echaré de menis, mis tontinis favoritinis. Sobre todo ahora que me toca limpiar vuestra mierda =P

Subo las fotos (de mi camara) con los mejores momentos daneses. Por cierto, os habeis dejado el bronceador, menos mal que en Madrid hace frio y mucho viento. Aquí me será más útil.





El finde: fiesta, Ikea y forza Italia

30 08 2010

Solo llevo una semana aqui y no me quiero volver a España. Que la adaptación haya culminado bien puede ser debido a que todavia hay dias soleado. No puedo terminar de creerme que vea un cielo despejadito y un sol sonriente animandome a salir al cesped. Habrá que aprovechar al máximoe stos días porque lo realmente malo vendrá después…

El finde transcurrió sin demasiadas novedades diurnas, pero si nocturnas. No voy a engañar a nadie diciendo que la fiesta en España es la mejor pero la noche danesa no dejó mal sabor de boca. Fuimos al Francis Pony un local situado en Norreport (Cph), con sillones, música ambiente y cocktailes baratos (2 mojitos 60 Dkk, aprox 4.5 euros). Sitio más barato no hay. Fue una ocasión perfecta para seguir socializando con los Erasmus extranjeros y conocer a los daneses. Después de ahí como los latinos queriamos marcha, fuimos a una discoteca cercana donde no había que pagar. La música era la típica americana de los 80 y 90 pero suficiente como para echarse unos bailoteos. Lo que a uno le hace pensar y quizás asustarse es encontrarse en una disco danesa, con gente danesa en su mayoría y que en mitad de la noche ponga el «bamboleo» o el «jovi jová». O nos tienen calados y sabían que habría españoles o es para echarse a temblar sobre que tipo d emúsica exportamos al extranjero. El caos esq a las 3 de la mañana cogimos el tren para Roskilde e irnos a dormir. Saliendo a las 9, empezando a beber a las 10, a las 12 yendo contentillo, la noche no se puede alargar más de esa hora.

Pero aquí todos los días son fiesta, y el sábado probamos la primera fiesta de la residencia. Y donde sino tuvo lugar en la llamada «spanish kitchen». En Korallen hay 12 cocinas y los españoles han ocupado y apropiado de una de ellas. Como la cosa andaba relajada, unos pocos nos fuimos a investigar la residencia de los americanos. Se oían rumores de fiesta y fuimos a comprobar. En efecto, en una carpita, con mucho alcohol y música a tope, encontramos a los «erasmus» estadounidenses. A decir verdad fueron majos porque nos obligaron a beber alcohol y muchos de ellos se acercaron a hablarnos. Pero como bien dijo Moritz, eran algo extraños. USA, en fin.

El domingo fue el día de Ikea. Italianos y españoles nos dirigimos hacia Hope Traasped en busca de decoración para neustras habitaciones. Por lo que a mi respecta compré un felpudo, una bandeja, una almohada, un corcho para las fotos, un sitio donde poder escurrir los platos, una plantita para darle vida a la casa y una vela para dejar buen olor. Total: 19.72 euros. Viva Suecia! Para celebrarlo, por la noche los italianos nos invitaron a comer pasta. Unos spaguettis deliciosos, cervezas y un vino made in spain, cortesia de la casa pusieron fin al primer finde en Roskilde.

Ahora después de fregar el suelo y comer, me toca ir a clase por la tarde. Si, aquí a las 13:00 ya es por la tarde. Ci vediamo