Adios a un mito del Erasmus en Dinamarca

8 04 2011

Seguro que a alguno se le escapó una lagrimita. Todos lo intuiamos pero queríamos negar la evidencia. No se podía ir así tan fácil. Era algo intrínseco de nuestro Erasmus. Había formado parte de nosotros casi desde el mismo momento que llegamos. Y se fue. Para siempre. Nunca uno se ahorrará más por menos. Nunca viajaremos tanto con tan poco. Nunca más padeceremos el miedo de ser pillado con ello. Nunca Dinamarca venderá más acetonas que estos años. Era un mito porque varias generaciones usaron el mismo método para burlar al Estado.

Pero se acabó el chollo. Son ingenuos pero no tontos. Escarmentados de crear un coladero «legal» por el cual el PIB Dinamarca ha bajado más que España cuando estalló la burbuja inmobiliaria (es broma). Aún así, a saber el dinero ahorrado por los estudiantes usando una simple tarjeta. Sin exageraciones, yo creo que por lo menos 1500 euros me ahorré entre viajes en tren, monumentos varios, uso de mis visitas, descuentos y transporte a otras ciudades.

El formato de la tarjeta ha cambiado. El fondo es azul oscuro y donde antes se ponía la fecha con boli permanente ahora al pasar la acetona se borra también los cuadrados blancos. Desde enero inventaron ese truco pero como no modificaron el color de la tarjeta, los que poseiamos antiguas pudimos seguir usándolo hasta el 1 de abril.

Se acabó. No habrá más visitas incordiosas y repetitivas al Rosenborg Slot o Christianborg. El Tivoli será de pago. Helsingor y Hillerod pillan más lejos. Aún así yo me guardaré una de recuerdo. Por todo lo vivido. Por todo lo sufrido. Gracias Copenhague Card.