Tingbjerg: sobrevive como puedas.

28 05 2011

Estaba sentado en la biblioteca releyendo por enésima vez el project cuando me vino a la cabeza Tingbjerg (lease Tinbia), un archiconocido barrio de Copenhague. En un país cuya mentalidad se basa en pasar desapercibido, ser famoso no es un buen presagio. Y menos si lo eres por algo negativo. Los daneses lo llaman ghetto, los Erasmus que viven en la residencia de allí lo conocen como el Bronx de Copenhague y los revisores del autobus no se atreven a pisarlo. La curiosidad mató al gato pero a mi lo que casi me mata es el coche que se subió literalmente a la acera para adelantar al autobus. Porque es que yo tenía que ir allí y comprobar la cara más ocura de Copenhague. Y la verdad es que caras oscuras había un puñado, tanto que encontrar una cabeza rubia era tan dificil como conseguir un euro de luxemburgo.

Tingbjerg, como ya me habían comentado todos los españoles que viven allí, da terror. O al menos respeto. A 6km de la ciudad, este enclave está a las afueras de Norrebro. Cuando te bajas del bus, lo primero que miras es ver cuando pasa el que te lleva de vuelta. Yo por no llevar, no llevaba ni el DNI. Por suerte no me pilló ningún tiroteo aunque dicen que suelen ser frecuentes entre las banadas rivales de Norrebro y Tingbjerg. Ya ven, Christiania no acapara todo el mercado. Ir a uno de los paises más seguros del mundo, con menores tasas de criminalidad y que te toque vivir allí es como para revisar tu buena suerte. Al menos, los paisajes eran bonitos. Un gran parque con gente jugando al fútbol, niños correteando por los lagos y varios grupos de musulmanes reunidos junto a barbacoas. Idílico y tranquilo.

De vuelta a las calles del ghetto, algunas casas me recordaban a los antiguos edificios militares que hay en Christiania. Los común es encontrarte con los comercios en árabe. En uno de ellos vendian tal cantidad de especias que Sara se hubiese vuelto loca nada más verlas. Los precios, si sirve de consuelo, son algo más baratos que en la ciudad. Me dí el gusto de comerme una hamburguesa en un local turco por la mitad de precio que en el Mc Donalds.Tras un ratito largo esperando al bus volví al orden y la tranquilidad. Un monumento a los estudiantes que se pasan viviendo 9 meses en ese lugar. Me quejaba yo de Trekroner…

Viendo Tingbjerg, recorriendo Valby, montando en bici por Rodovre, yendo a Amager y visitando Klampeborg, uno se da cuenta de las distintas versiones que te puede llegar a ofrecer Copenhague. Eso si, a Tingbjerg yo no vuelvo.


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