Fumando espero…

12 09 2010

Todos, algunas vez en nuestras vidas, hemos tenido las típicas noches en las que parece que todo es una broma, caminas sin rumbo fijo y los planes preestablecidos son papel mojado. Ayer fue una de esas. La historia comienza por la tarde cuando el facebook echaba humo debatiendo el plan de por la noche. Mensajes confusos hablaban de una fiesta, nadie sabía donde (Roskilde, Copenhague, bosque, playa) y a la cual a la mayoría no le apetecia ir. Pero a quién vamos a engañar, somos españoles, estamos de Erasmus y bajo ningún concepto -seguir resacosa del día anterior, haber dormido una hora- no puedes ir la mega fiesta de las hogueras en las playas de Copenhague. Suena taaan atractivo que es de las típicas fiestas que lo estas pasando bien antes de ir. No puedes quedarte en casa y perderte el que puede ser el fiestón del siglo. Con esa argumentación los españolitos y algún inflitrado, tomamos rumbo hacia la estación de Trekroner. Algo pintaba mal cuando el tren, que nunca se retrasan, pasó 15 minutos después. El mal presagio se confirmo cuando despues de 2 trenes y un autobus interminable llegamos a Charlottenlund. El panorama que nos encontramos fue de película: no quedaba nadie más en el bus, era la última parada, no se veía nada a nuestro alrededor, ni música, ni ambiente ni apenas luz. Nos bajamos y pronto se oyó el típico comentario: «sabía que no debía venir», «yo quería quedarme en casa» …

Aún con esas fuimos a la playa y aprovecho para describirla. Una inmensa llanura de cesped, sin ningún tipo de iluminación alguna, hasta tal punto de no ver si llegabamos al mar o no; y después de un paseo llegamos al final de la explanada para observar que hay un metro, si, un metro; de «arena» y luego el plácido, y probablemente gélido, mar Báltico. ¿Y la super-fiesta?. También se la describo. Una hoguera. Solo había una hoguera. Triste, solitaria, perdida en la explanada y de la que solo tuvimos constancia al acercarnos, preguntar por la fiesta y concluir que habíamos llegado tarde. Empezó a las 19:00 y eran ya las 23:00. Yo me niego a salir cenado de la residencia a las 17:00 de la tarde por mucho que aquí coman a las 12. Con ese percal y todos abatidos en la parada del bus para volver, a Sara, Victor, Claudia y a mi no se nos ocurrió mejor idea que colarse en la fiesta que había en la casa adyancente a la parada. Vestidos de etiqueta para la ocasión (chandal y playeras) nos metimos dentro, preguntamos al recepcionista por la fiesta, pasamos un salón con gente cenando, subimos unas escaleras, saludamos a los puertas, nos colamos por una terraza y llegamos a la fiesta. Los 4 nos pusimos en la pista dispuestos a bailar y por qué no, a beber alcohol; cuando amablemente se acerca un hombre para decirnos que es una fiesta privada. Hombre estaba claro, solo con ver que todos eran gente mayor, iban arreglados y que nos miraban con cara de extrañeza… Pero el objetivo estaba cumplido, nos habíamos colado y nadie nos lo había impedido. Descojonados de la risa bajamos por donde habíamos subido ante la mirada de todos los curiosos. Viva nuestros cojones!

El plan siguiente fue ir al centro de Copenhague a beber a un pub. La verdad es que al que fuimos me gusto bastante. Era barato, buen ambiente y música graciosa. Era la 1 y estábamos cansados. Una noche normal hubiesemos ido a la estación, habríamos cogido el tren y a las 2 estaría durmiendo pero NO. El siguiente tren pasaba a las 3:16, faltaban 2 horas y nos entró toda la depresión. Quizás nos podríamos haber quedado durmiendo en la estación como vagabundos sin embargo surgió una idea mejor: ir a Christiania, un barrio que si ya me da miedo de día imagínense de noche. Planeamos mil maneras para ir asta allí: en bus, a pie, ¡¡en taxi!!, en una carroza tipo Sevilla… Eran opciones reales y de las cuales preguntamos el precio y todo. Pero al final nos decantamos por robar 2 bicis y que Victor y Guille fuesen para allá mientras que nosotros esperaríamos en la estación en nuestro querido Mc Donalds. Entre tanto llenamos el buche y robamos un paquetón de servilletas del Mc Donalds que me han solucionado el problema de la limpieza por todo el semestre.

3:00 de la mañana, exteriores d ela estación, entre risas y humeras despedidmos la noche a lo grande, brindando por ella y por la aventuras que nos deparó. Nocilla, leche y tan felices para la cama =)


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Un comentario

12 09 2010
ricardo

que no, hombre, que cristiania es el sitio más seguro de copenhague!
recomiendo ir a la jam session del bjorneteater, en cristiania, cada domingo por la tarde. Hace dos años se hacía, y los korallenses lo flipábamos. Había un colega que tocaba el piano increiblemente bien.
Buena aventura esa que cuentas. ¡grande erasmus!

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